Rumiación mental

Por: Mavis Suárez

A todos nos ha pasado algúna vez… No eres el único o la única. La rumiación mental puede generar: Ansiedad, depresión, angustia, problemas de pareja, laborales, familiares. Es por eso que hoy deseo ayudarte aclarándo conceptos que son necesarios para alejarte de esa ansiedad. 

¿Qué es la rumiación?

La rumiación del pensamiento es el fenómeno psicológico que aparece cuando nuestro foco de atención se queda «enganchado» en un elemento real o imaginario que nos produce estrés y malestar. Es decir, que en la rumiación se da una paradoja: algo como el pensamiento, que por definición es dinámico y cambia constantemente, se vuelve casi estático y encerrado en un circuito que lo hace moverse en bucles.

Generalmente, los pensamientos rumiantes son manifestaciones de ansiedad, debido a que estamos preocupados por algo. «El cerebro interpreta esa preocupación y quiere liberar esa ansiedad de alguna manera. El pensamiento, digamos, se apodera de la ansiedad e intenta buscar una salida. Pero se ha producido un bloqueo justo en las áreas emocionales vinculadas en los procesos ansiosos, mandando la señal a la parte cognitiva; como el pensamiento no encuentra salida, entra en bucle«.

Habitualmente estos pensamientos son repetitivos, negativos, tóxicos y autodestructivos. «Tenemos que recordar que nuestra mente funciona en tres dimensiones: la emocional, la cognitiva o del pensamiento, y la de la conducta. Para que estemos en equilibrio, estas tres dimensiones tienen que funcionar armónicamente. Esto no siempre es fácil, ya que nos acechan muchas situaciones de estrés y preocupación. Hay personas que, por sus tendencias de personalidad, crianza, valores y otras variables, tienden a quedarse con la parte de pensamiento más desarrollada, y empiezan a darle vueltas y vueltas a las cosas». 

¿Cómo podemos hacer frente a la rumiación?

Hay múltiples estrategias de relajación que cada una puede adaptar a sí misma. De la misma forma, hay que aprender a utilizar la respiración, que es nuestro mayor ansiolítico, que encima es gratis y ya lo tenemos. Luego, movernos: si no es con un deporte, caminar a paso ligero también vale. 

Una vez conseguida esta primera fase, estaremos más receptivas para frenar ese pensamiento rumiante.

👉 Meditar puede ser una ayuda extra porque nos permitirá centrar el pensamiento en el presente. Pero solo podremos conseguirlo cuando ya hayamos bajado la ansiedad, porque, de lo contrario, será imposible hacerlo con ruido mental. 

👉 Dar una salida. Cuéntaselo a alguien. Hablarlo puede constituir una vía de escape. 

👉 Escribe frente a la rumiación. A los pensamientos rumiantes conviene sacarlos fuera. «Siempre que tengamos las posibilidades de expresar aquello que sentimos, estaremos minimizando la rumiación». Se puede expresar de varias maneras: hablando con alguien de confianza, a través del arte, de la pintura, de la narrativa… Por eso, escribir lo que te pasa es una excelente idea.

👉 Elige una estrategia de bienestar. Cuando lo hayas escrito, reléelo, y luego haz algo de lo que has puesto como solución posible. Quizá es darte una ducha, un paseo, llamar a alguien, salir de la zona de confort… cualquier acción que te haga sentir mejor. 

👉 Tener un pensamiento positivo. 

Cuando el que rumia es otro...

Los pensamientos rumiantes también generan malestar en las personas que rodean a quienes los tienen. Cuando ves a alguien que siempre se queja por las mismas cosas o que se considera continuamente desagraviado por los demás, también puedes aportar tu granito de arena y echar una mano. 

Hablar con los demás acerca de lo que te preocupa: Tener acceso a otros puntos de vista acerca de lo que nos genera malestar permite que dejemos de pensar en ello siempre de la misma manera. Hablar cara a cara con amigos y seres queridos en general puede ayudar mucho en este sentido, entre otras cosas porque además de mostrarnos sus ideas acerca de ese tema, nos permite saber cómo reaccionan emocionalmente ante ello.

Notas de voz: Realizar notas de voz es una buena alternativa a la tarea de escribir. Además, te permitirá hablar con la parte de ti que se encuentra encallada, aprender a tranquilizarla y decirle que respire.

Ejercicio:

“¿Para qué puede servir?”:

Cuando te sientas absorbido por tus emociones o pensamientos negativos, fija tu atención en algún objeto de alrededor y búscale cinco utilidades imaginarias.

Por supuesto, si notas que no consigues avanzar y la situación te sigue desbordando, es importante que acudas a psicoterapia. De este modo, tu caso será estudiado y contarás con soluciones personalizadas.

Un abrazo terapéutico. 

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