Adolescentes:
rebeldes con causa

Por: Mavis Suárez

¡Hola! 👋🏻

Ya sabes lo que me gusta este espacio para reflexionar contigo sobre algunos temas a los que siento como psicologa siento que debo darle respuesta. En este articulo quiero hablar de la adolescencia, así que si eres padre o madre te invito a que me leas con atención. 

Cuántas veces hemos escuchado la expresión: “Esta juventud está perdida”, “Los jóvenes hoy en día son unos tiranos”. “No respetan a los profesores”, “Contradicen a sus mayores” y un largo etc…

Pero por el contrario no escuchamos con frecuencia en voz de la sociedad las expresiones que regularmente usamos con nuestros adolescentes como: “No cojas la cuchara con la mano izquierda”, “No pongas los codos en la mesa”, “Dobla bien la servilleta”, “Soy tu padre me tienes que respetar”. “Te lo dije”, “Cómete todo”, “Para mi siempre serás mi bebé», “Ese es el ejemplo que le das a tus hermanos”. “Mientras vivas en esta casa, se hace lo que yo digo”. “Hasta las doce en punto y ni un minuto más”. “Cuando tengas tus hijos dirás, mi madre tenía razón”. “Te he dicho como mil veces lo mismo”. “Todo te entra por una oreja y te sale por la otra”.

Sería bueno reflexionar sobre la rebeldía, traducida en incomprensión en muchas ocasiones la rebeldía llega cuando las personas se cansan de ser reprimidas. Pero, a veces, los adolescentes o jóvenes son rebeldes de manera inconsciente. 

¿Cuál es la causa de la rebeldia en los adolescentes?

Durante la niñez, hay dos hormonas encargadas de regular el crecimiento: la hormona tiroidea y la hormona del crecimiento, pero durante la adolescencia entran en juego las llamadas hormonas sexuales: los andrógenos, los estrógenos y la progesterona. A esto se suma que el sistema límbico, la parte del cerebro que regula las emociones, especialmente la amígdala que canaliza el miedo y la ira, responde de manera inmediata y sin filtro a los estímulos externos e internos. En la adolescencia es la zona cero de la actividad cerebral.

Otros cambios específicos surgen en el cerebro  y son determinantes de las conductas en la adolescencia. Por ejemplo, el un rápido aumento en las conexiones entre las células del cerebro y el podar (refinamiento) de las vías del cerebro.  Quedándose rezagada la corteza prefrontal (el área del cerebro que nos controla el razonamiento y nos ayuda a pensar antes de actuar), se desarrolla más tarde y va cambiando y madurando hasta bien entrada la edad adulta. 

Probablemente, si le preguntamos a nuestro adolescente en casa, mientras sebanis si después del botellón, se iría junto a unos amigos que estén ebrios, está en condiciones para un baño en el Muelle del Porís de Abona, en el municipio de Arico (Isla de Tenerife); probablemente responderá que “De ninguna manera”, la responsable de esta respuesta es la Corteza prefrontal. Ella es la que habla en momentos de tranquilidad, y es capaz de pensar de manera abstracta y ver las consecuencias de este acto.

Pero, si le tocara tomar eta decisión al calor del momento, la amígdala relativamente más desarrollada grita “hagámoslo» “antes de que la corteza frontal sepa lo que pasó.

El mismo proceso puede desempeñar una función en conducción peligrosa, beber, ir de compras en exceso, ser agresivo o tener un absoluto desprecio por las reglas y la disciplina. Es por ello que las reglas, normas, límites, son transgredidas una y otra vez. Los adolescentes enfrentan desafíos, presiones, estrés, tentaciones e indagan en cerebros que aún no están del todo desarrollados.

El joven presume de su independencia con respecto a lo que quieren los padres, y la sociedad espera de ellos, y siempre entrarán en continuo desafío, consiguiendo en muchos casos su desaprobación. Esta es la razón por la cual la rebeldía, que es simplemente un comportamiento que se opone deliberadamente a las normas (ya sean sociales o parentales), es bien vista por los adolescentes y mal por los padres, ya que además de dificultar su papel de guías y supervisores puede llegar a causar daños más graves en sus hijos.

Es por eso que es más importante para los padres entender por lo que pasan los cerebros de sus hijos, pues los padres monitorean, y con frecuencia se preocupan y ocupan, siendo los responsables aun de los desafíos sociales, académicos y emocionales de sus hijos. 

Comprendiendo a mi adolescete

Casi todos los adolescentes pasan por una fase rebelde en algún momento de sus vidas. La adolescencia es un momento en que ya no se es un niño, pero tampoco un adulto, y ahí surge la necesidad de tener una identidad propia, de buscar un lugar al que pertenecer porque la sensación de estar ahí en medio puede generar mucha confusión.

Es posible que el adolescente no comprenda los nuevos sentimientos, emociones, situaciones u obligaciones que están surgiendo. No saber cómo se debe actuar puede llevar a miedos y a conductas rebeldes.

Por esta razón, una forma de prevenir la rebeldía es la verdadera independencia construida a través de la aceptación y construcción de nuevos retos para crecer como persona. El adolescente que tiene retos o aspiraciones y que cuenta con el apoyo de sus padres no necesita rebelarse para redefinirse o transformarse a sí mismo.

Los jóvenes deben cuestionarnos porque los adultos sólo sabemos de normas, miedos y obligaciones. Queremos tenerlo todo controlado. En cambio, ellos son libres, vitalistas y espontáneos.

Algo que puede ayudar a los padres a afrontar esta fase es tratar de recordar si han pasado por las mismas emociones cuando eran adolescentes. No obstante, en algunos casos puede que os cueste mucho entender a vuestros hijos durante esa etapa. Por eso puede ser que necesitéis una orientación profesional que os ayude a comprenderlos y entender la psicología en adolescentes.

Un abrazo terapeutico y animo. 



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