"¿Cómo encontrar el mejor psicólogo en Santa Cruz de Tenerife?"
Por: Mavis Suárez
Hola, cómo cada domingo hoy paso por aquí para dejarte algunas reflexiones que sirvan como herramienta para que encuentres tu camino a la estabilidad emocional.
Hoy quiero hablarte de un tema que me llamó mucho la atención. Y es que esta semana hablando con una amiga me hizo una pregunta que me pareció muy oportuna para dejar mi humilde opinión sobre ella, y qué quizás pueda ayudarte. La pregunta era: “Mavis, ¿Cómo puedo encontrar el mejor psicólogo en Santa Cruz de Tenerife?”… Te explico:
Pasos para encontrar el mejor psicólogo del mundo:
Primero que nada, si sientes que necesitas ayuda y ya la estás buscando ¡Enhorabuena! Este es el primer paso de tu viaje. Ahora es importante que tomes en cuenta los siguientes puntos:
1. Asegúrate de que es realmente psicólogo o psicóloga.
2. Comprueba que da terapia en tu idioma.
3. Pedir que nos cuenten sobre su educación y entrenamiento.
4. ¿Cuál es su especialidad?
5. ¿Qué tratamientos ofrece?
6. ¿Cómo se supone que funcione esta intervención? (por ejemplo, terapia cognitiva conductual, terapia dialéctica del comportamiento, etc.).
7. ¿Esta intervención es efectiva para mi problema/condición? En promedio, ¿cuánto tiempo tarda el tratamiento? ¿Cómo podría evaluar si el tratamiento está funcionando? ¿Qué pasa si no funciona esta intervención? ¿Depende solo de su tratamiento mi mejoría? ¿Cuál es mi papel en este proceso?…
8. ¿Cuáles son sus honorarios?
9. Todas las dudas que tengas puedes preguntar abiertamente.
Todo esto es importantísimo, pero imprescindible es lo que vengo a contarte si yo fuera a buscar un terapeuta ahora mismo en línea.
Yo te hablaré desde mi experiencia como profesional, de la psicología conmigo misma como paciente y espero ser lo más objetiva posible:
En los aspectos más importantes para mí a tener en cuenta, además de la puntualidad, higiene, no juicios, empatía, apertura mental, escucha activa, y rigor científico en sus sesiones, yo añadiría algunas más básicas para mí:
La experiencia y recorrido de o la terapeuta
Siempre que puedas, una vez realices la búsqueda en Internet y tengas el listado de psicólogos cerca de ti puedes realizar una investigación, un poco más detallada.
Por ejemplo, dar un vistazo a su página web o algún otro medio relacionado con la salud y el recorrido profesional del mismo. Pregúntate ¿Cuál es su formación? ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en su campo? o ¿Cuánta experiencia tiene trabajando con la gente con mi condición, problema o historial: adicción, desorden obsesivo-compulsivo, trastorno límite de la personalidad, dificultades para dormir o historial de abuso infantil, ansiedad, depresión, adolescencia, etc?.
Asegúrate también, de acudir al sitio oficial del Colegio Oficial de Psicólogos y solicita información sobre la colegiación de ese profesional. Casi todas las páginas webs de psicólogos tienen un apartado “sobre mi” que detalla su trayectoria profesional.
Y por último puedes darle un vistazo a las reseñas que han compartido otros pacientes en sitios como Google, sobre él y su metodología.
La química con el terapeuta
Después de elegir a un terapeuta, y de haber recibido un diagnóstico e información sobre la modalidad del tratamiento, pasamos muchas horas recibiendo el tratamiento de esta persona, horas que se convertirán en semanas, meses y años.
A veces las discusiones con ese extraño sentado al otro lado tocarán sentimientos íntimos o incómodos. Podría haber veces durante las sesiones cuando nos sentiremos muy vulnerables, quizás no nos explicaremos del todo bien, y probablemente estemos hechos mierda con perdón de la expresión, a nivel emocional como para lidiar con más…
Por lo tanto, es importante elegir a un terapeuta con el que nos sintamos tranquilos, alguien con quien tengamos una buena química o alianza de trabajo, que nos sintamos cómodos para decirle que nos molesta, porque quizás el terapeuta en su buen afán de ayudarnos no sabe que está siendo invasivo, directivo, paternalista… y esto nos ayuda a después de dialogarlo a decidir también si continuamos el proceso o no.
Una buena química se refiere a la presencia de un entendimiento implícito entre uno y el terapeuta; se refiere a sentimientos de conexión y compromiso que promueven la armonía. «La mejor manera de determinar si son la persona adecuada para nosotros es usar nuestros sentimientos como medidor. ¿Parece ser amable, comprensivo y no crítico? ¿Me siento escuchado y particularmente apreciado? Suena egoísta, pero atendiendo que hay muchos terapeutas ahora mismo en activo y puedo escoger, yo pediría casi que uno a la carta.
Puede no ser fácil saber de inmediato si habrá buena química entre nosotros y el terapeuta. Sin embargo, los clientes, los consultantes, los pacientes, con frecuencia sienten una conexión con ciertos tipos de terapeutas, los que son empáticos, respetuosos, honestos y cálidos.
Un psicólogo no está ahí para juzgarte ni para dar opiniones personales sobre el tema a consultar, no es bueno si te sientes intimidado o juzgado. No es de sorprender que los clientes buscan a terapeutas que los tratan como iguales; les gustan los profesionales cuyo comportamiento, actitud y palabras los hacen sentir seguros, cómodos y valorados.
En el lado opuesto, un psicólogo tampoco es un “colega”, ni alguien que te dará “consejos”, al margen de que sea simpático o te caiga bien. El psicólogo ha de mantener la profesionalidad, el respeto y las buenas formas. Es importante que sientas que el terapeuta te inspira confianza, y que te encuentres cómodo/a en las sesiones.
Por último: puedes pedir o buscar referencias de personas que hayan trabajado con dicho profesional, y no dudes en preguntar cualquier duda que tengas, tal y como harías con cualquier otro profesional antes de ponerte en sus manos: un médico, un entrenador, un peluquero, un profesor, etc.
Ten en cuenta que, si le pides opinión a un compañero de profesión y te habla mal de ese profesional, contextualiza… si es desde el rencor, envidia, o realmente está siendo objetivo, justo y profesional.
En fin, a mi particularmente me gusta describir la conexión «paciente-terapeuta» cómo la conexión que existe entre un Na’vi y su direhorse, sí esos de los caballos voladores de la película «Avatar».

Los progresos terapéuticos
Es importante para mí también los progresos terapéuticos. Mantengamos nuestra meta final en cuenta, y el motivo inicial que nos trajo a terapia, (por ejemplo, resolver nuestros problemas de pareja o tratar nuestras condiciones de salud mental). Una vez que encontremos un terapeuta competente y adecuado, podemos trabajar juntos para elegir un plan eficaz, científico, y adaptado a cada momento vital, actual y económico del paciente, yo habitualmente explicó a los pacientes que trato y me gustaría lo mismo en mi caso si fuera yo paciente que la terapia debe ser coste beneficio, trabajamos por objetivos terapéuticos no por frecuencias de sesiones.
La frecuencia de las sesiones
Todos los estudios en psicoterapia coinciden en que una vez por semana es el umbral que separa una terapia eficaz de una que no lo es, pero la realidad hoy en día es que acudir al psicólogo resulta costoso para muchas personas. Como pacientes, nos preguntamos qué tan seguido y cuántas veces asistiremos a terapia psicológica si comenzamos este proceso. Esta pregunta frecuentemente surge porque tenemos la idea de que las terapias psicológicas son un proceso largo y extenso. Sin embargo, este es un proceso que se adaptará a tus necesidades, el número de sesiones dependerá de tu progreso. La frecuencia de las sesiones de psicoterapia va a variar de acuerdo a varios factores, como el estado de tu salud mental, la metodología del proceso terapéutico del psicólogo y el tipo de terapia, ya sea terapia individual o terapia de pareja. El psicólogo te puede decir un aproximado de la frecuencia y duración de la terapia después de la primera sesión, pero esto puede cambiar con el paso del tiempo. Muchas veces la frecuencia quincenal y mensual se emplea para preparar al paciente para el alta. Se va alargando el tiempo entre sesiones progresivamente hasta que el psicólogo considere que el paciente está preparado para el alta, yo en mi práctica profesional tengo en cuenta también la situación económica del paciente, dado que no quiero le suponga un problema más añadido no poder cumplir con la frecuencia que yo le sugiero, muchas veces se tiene que intentar optimizar las terapias porque el paciente no cuenta con los recursos para acudir a la cantidad óptima de sesiones.
Entonces, ¿Qué debes tener en cuenta para encontrar al mejor psicólogo?
- El motivo de consulta.
- Cumplimiento de las tareas.
- Tu nivel de compromiso.
- Afinidad con tu proceso psicológico.
- Experiencia del psicólogo.
- Tus avances terapéuticos.
- Tipo de terapia.
- Costos.
- Logística y organización.
Recuerda que el terapeuta está allí para ayudarte a encontrar soluciones, para trabajar diversos aspectos, pero el “trabajo duro” lo realizarás tú.
Pero tampoco debemos pasar demasiado tiempo buscando al terapeuta perfecto. Recordemos, siempre se puede dejar de ir a esa terapia si nos damos cuenta, en sesiones posteriores, que no hay buena química con un terapeuta, o simplemente ya no nos está ayudando, somos herramientas en las manos de las personas. Y tú eres quien tiene la última palabra siempre de confirmar una sesión para acudir, como para decirle al terapeuta no voy más.
Ghosting terapéutico: ya tengo un psicólogo, pero no me siento bien
Yo en mi experiencia profesional no me siento dañada cuando un paciente realiza Ghosting terapéutico. La razón es porque siempre le brindo desde la primera cita la opción de romper la relación terapéutica, cuando sienta que ya no soy la herramienta útil que la psicólogia ha usado para llegar a él o a ella.
A pesar de que siempre se ha ghosteado, en la actualidad las redes sociales hacen que este fenómeno sea mucho más frecuente gracias a que con un simple “click” puedes bloquear a la persona, y con ello romper cualquier vínculo de unión, sin tener que dar ningún tipo de explicación.
El ghosting provoca en la persona que lo sufre sentimientos de incomprensión, al no saber qué falló en esa relación cuando todo parecía estar bien, frustración por no poder hacer nada para cambiarlo y tristeza por la pérdida, pero lo que más daño causa es la sensación de no ser suficiente para la otra persona. Y las relaciones terapéuticas tampoco se libran de sufrir este tipo de fenómeno, siendo habitual el abandono de la terapia sin previo aviso, faltando a las citas programadas y dejando de responder a los mensajes sin ninguna explicación, muchos colegas de profesión explican que se debe a la falta de responsabilidad afectiva en el paciente, o quizás se queden con las dudas sobre que ha salido mal.
Yo no me planteo nada, porque doy lo mejor de mí y todo lo que sé científicamente en cada sesión y si el paciente no vuelve a contactarme, ni a contestarme, así como no sé el motivo de su decisión, no puedo hacer inferencias basadas en supuestos que no son reales. Sobre todo, porque no me lo ha explicado él o ella. Pero si recomiendo que sería sanador, siempre para ambos que el paciente se exprese y diga lo que le ha molestado y por qué decide romper, sobre todo. Yo lo haría en su lugar para ayudar a mi terapeuta a mejorar y quizás para yo también asegurarme que mi decisión de romper este proceso está bien fundamentada por mí.
Así, como puedes leer encontrar o mantener al mejor psicólogo en Santa Cruz de Tenerife o en cualquier lugar del mundo no se trata de hallar al mejor profesional en el área, se trata de encontrar el mejor terapeuta para ti. Te envío un abrazo terapéutico y ¡A por todas!.