Mi hijo adolescente cree
que los celos son amor

Por: Mavis Suárez

En mi día a día profesional, tanto en la intervención con adolescentes como adultos, los celos es un tema que sale a relucir muy a menudo. “Si se pone celoso es que me quiere de verdad”,  “Me pongo así porque si mi novia está conmigo no tiene que hablar con otros”, “He dejado de hablar con mi amigo Fulanito para que mi novio no se moleste”, y un largo etc.  En este artícilo vamos a reflexionar un poco sobre este tema.

Cuando hablamos de mitos, en este caso nos referimos a creencias erróneas, extendidas, visiones distorsionadas, aceptadas socialmente y compartidas por muchas personas a lo largo del tiempo, que pueden ser tomadas como verdades generales y, por tanto, influir en nuestros comportamientos y aspiraciones. 

El amor romántico es lo opuesto a las relaciones igualitarias, puesto que considera que el amor verdadero “es ciego, incondicional, irrenunciable, se le puede y se le debe entregar la vida entera y no acepta cuestionamientos ni dudas ni traiciones ni siquiera de pensamiento”, por eso me gustaría en este mes de noviembre desmitificar estos mitos y empezar por ayudar a padres de adolescentes a entenderlos, me centraré en los celos. 

Este tipo de creencias suelen ser poco flexibles y resistentes al cambio, en tanto en cuanto conforman concepciones sociales que en algún momento ha interesado establecer y mantener.

Los mitos sobre el amor romántico se refieren a la supuesta naturaleza verdadera del amor de pareja, y se nos han transmitido a través de medios diversos, entre ellos productos culturales como el cine o la literatura, y condicionan la forma en la que nos relacionamos con nuestra pareja, y los adolescentes son caldo de cultivo para sufrir los celos.

La cultura de los celos como "prueba de amor"

Es muy común en los adolescentes… la idealización de pareja, la prueba de amor, los celos, la pareja ideal, el amor lo puede todo e identificación de la violencia en el noviazgo.

Padres/ madres/ cuidadores/as de adolescentes eduquemos a nuestros hijos en la “cultura de celos” estos no son una muestra de amor; son un signo más bien de inseguridad y miedo a perder a la pareja o a que esta sea infiel, y se relacionan con la posesividad y la idea de pertenencia.

De todas formas, hay que diferenciar entre los celos que se presentan como un sentimiento frecuente y natural en muchas personas ante posibilidad (real o imaginaria) de perder a quien aman, y que no tienen consecuencias nocivas, si se gestionan adecuadamente, de una condición patológica denominada celotipia (o celos patológicos) en la que se produce un trastorno delirante en el cual la persona está convencida de que su pareja le es infiel y despliega comportamientos de control, hostigamiento hasta llegar incluso a la violencia.

Pero, sea como sea, ningún tipo de celos se pueden considerar muestras de amor, ni mucho menos pensar que porque tu pareja no muestre celos significa que no te quiere lo suficiente, no está enamorada, te engaña, etc. Además, los celos pueden convertirse en un tipo de manipulación: hay personas que creen que pueden hacer, reaccionar o cambiar a su pareja dándole motivos para sentir celos.

En mi trayectoria profesional he tratado con un alto porcentaje de hombres adolescentes que tienen interiorizado como creencia irracional que sentir celos está relacionado con estar enamorado. Los celos, junto con la ira, que estos les generan, los pueden llevar a desarrollar una estrategia de dominación aprendida, que, aunque les genera sufrimiento, lo rentabilizan como forma de imponerse, en el caso de las mujeres adolescentes ocurre muchas veces algo similar, y creen que, si son celadas, son más amadas. El famoso “si me cela es por qué me quiere”. 

¿Cómo identificar la celopatía?

Cuando los celos se vuelven patológicos, nos podemos encontrar con los siguientes síntomas:

  • Ansiedad y preocupación constante por la pareja y sus acciones.
  • Actitudes paranoicas y violentas con la pareja.
  • Aislamiento del grupo familiar y social.
  • Necesidad de estar junto a la pareja todo el tiempo
  • Sospechas constantes de ser víctima de un engaño amoroso.
  • Sentimientos de abandono constantes.
  • Baja autoestima y sentimientos de inseguridad

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Se han realizado estudios que hablan de la existencia de este tipo de creencias entre los adolescentes y de las repercusiones que pueden derivarse de las mismas a estas edades en que se están iniciando las primeras relaciones amorosas entre personas que, por una parte, quieren mantener comportamientos adultos, pero por otra pueden no haber adquirido los recursos necesarios aún. Que los adolescentes contemplen esta noción distorsionada y, por tanto, irreal del amor de pareja puede conllevar problemas y riesgos, a través por ejemplo de conductas de control, posesión, dependencia, manipulación, aislamiento… Puede sernos útil sondear en ellos qué piensan sobre el amor y, si es necesario, aportarles una visión más realista sobre el tema. 

En otras palabras, la decisión final en cuanto a la construcción de la identidad le corresponde a la persona, pero los padres y madres juegan un papel crucial en la educación de sus hijos/as, pero a veces esta educación se dificulta por la masiva influencia de los agentes de socialización, entre los que destacan el grupo de iguales y los medios de comunicación. Consecuentemente, no se puede banalizar la función de los medios de comunicación como mero entretenimiento, contrariamente estos “tienen un importante papel socializador, ya que muestran modelos de comportamiento, valores sociales y normas. De hecho, los medios audiovisuales ejercen una influencia decisiva en la concepción que el adolescente tiene acerca de las relaciones románticas”

Seamos honestos, todos hemos sentido celos alguna vez. Pero si estos son frecuentes nos tocará reflexionar y hablarlo, evidentemente quizás nuestro hijo /a adolescente no nos lo va a comentar, pero podemos nosotros/as trabajar este tema con ellos/as en un momento tranquilo, para intentar encontrar soluciones conjuntas, escuchar su punto de vista y educarlos en la “cultura de los celos”.  Pero si vemos que solos no podemos, o que la situación es desbordante, es recomendable que recurras a ayuda profesional.  Es necesario una educación moral y de control de emociones en adolescentes para que no se utilicen los celos como chantaje emocional. 

Un abrazo terapéutico. 

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