Siento que no encajo

Por: Mavis Suárez

Hay personas que sienten que no encajan en ningún lado. Esto puede llevarlos a experimentar sentimientos de soledad, aislamiento y exclusión. Pueden sentirse diferentes, incomprendidas y rechazadas por grupos sociales o incluso por la sociedad en general. 

Pero, comencemos desde el inicio. Los seres humanos somos seres sociales, esto quiere decir que necesitamos vivir en sociedad, dentro de un entorno compuesto por más individuos, en el que tendemos a formar parte de comunidades o grupos, llegando a desarrollar un sentido de pertenencia a los mismos y una identidad colectiva. 

El sentimiento de no encajar puede generar malestar y problemas de salud mental. Sin embargo, no debemos considerarlo como algo necesariamente patológico. En algún momento de la vida todos hemos podido sentir que no encajábamos, que estábamos alejados de los demás y que éramos diferentes. En etapas como la adolescencia es común que surja este sentimiento, aunque puede darse a cualquier edad. De hecho, la sensación de no encajar puede funcionar a veces a modo de estímulo para el autoconocimiento y la búsqueda de nuestra propia esencia. Pero si este sentimiento de no pertenencia nos genera malestar persistente y dificultades en nuestra vida diaria se hace necesario atenderlo. 

¿Qué aspectos influyen para hacernos sentir que no encajamos?

Pueden existir múltiples factores. Sin embargo, en mis más de 20 años de experiencia he podido observar que algunos de los más recurrentes en terapia son: 

– Haber sufrido situaciones de rechazo o exclusión en el pasado. Las experiencias previas van conformando nuestra vida. Aquellas personas que han sufrido situaciones de aislamiento y rechazo pueden desarrollar el sentimiento de que no encajan o son “bichos raros”.

Existencia de expectativas desajustadas. A veces simplemente la frustración al no ver cumplidas nuestras expectativas nos puede llevar a pensar que es injusto y a sentir que no encajamos “donde deberíamos”. Si tenemos excesiva necesidad de aprobación cualquier señal de desacuerdo con otros también puede motivar nuestra impresión de no encajar. 

– Prejuicios y estereotipos. Se puede dificultar seriamente la integración de una persona en un grupo si los integrantes del mismo se guían por prejuicios y estereotipos que generan rechazo al diferente. 

– Grandes diferencias. Si una persona presenta diferencias importantes de cualquier tipo (individuales, culturales, etc.) respecto al resto del grupo, es más probable que sienta que no encaja en el mismo. 

– Déficit de habilidades sociales. Estas habilidades son importantes a la hora de mantener relaciones satisfactorias con los demás. En ocasiones las dificultades para relacionarse con otros dificultan la integración en grupos y la persona acaba generando una sensación de exclusión y de no encajar en ningún lado. 

– Baja autoestima. Si sentimos que no somos válidos eso nos dificultará la relación con los demás. 

Consecuencias de sentir que no encajamos:

– A nivel emocional, una persona que siente que no encaja puede experimentar sentimientos de rechazo, tristeza, ansiedad, dificultad para expresar sus emociones, baja autoestima…

Mayor sensibilidad al estrés. Sentirnos excluidos socialmente puede dificultar que solicitemos y recibamos apoyo social, y esto nos hará más vulnerables ante situaciones difíciles. 

– Propensión al aislamiento. Se genera un círculo vicioso: si una persona se siente aislada y desconectada del resto, eso puede llevarla a sentirse incompetente socialmente y a aislarse cada vez más, puesto que se dificulta el establecimiento de relaciones y la generación de vínculos significativos. 

– Inseguridad. Si hemos sufrido previamente experiencias de rechazo en grupos eso puede afectar a nuestra autoconfianza y terminar socavando nuestra autoestima. En definitiva, sentimos que no encajamos y nos contamos a nosotros mismos que es porque “no valemos”, “somos raros o inferiores”, etc. 

¿Qué puedo hacer para intentar encajar?

Selecciona aquellas comunidades que te aporten algo, te generen un interés genuino y sean coherentes con tu forma de estar en el mundo. A veces buscamos pertenecer a grupos solo para sentirnos integrados en algún lado o incluso para contentar a otros o permanecer junto a personas importantes para nosotros, pero puede que no compartamos con esos grupos valores, intereses, objetivos, ideas, etc., y esto a la larga puede generar insatisfacción. 

– Entrena tus habilidades sociales si tienes problemas para relacionarte con otras personas en general.

– Analiza si tienes problemas de confianza. Hay personas que, por sus historias de vida, muestran una actitud de desconfianza generalizada y dificultades para relacionarse de forma cercana con los demás, porque siempre temen ser traicionados y que se repitan experiencias previas desagradables. Eso les aleja de formar vínculos estrechos con otros, que a su vez puede hacer surgir la sensación de no encajar en ningún lado. 

– No descuides tu esencia. Pertenecer a un grupo nunca debe ocurrir a costa de la pérdida de nuestra individualidad. Es necesario lograr un equilibrio entre la necesidad de pertenencia a una colectividad y nosotros mismos como seres únicos y diferentes. Comprometer nuestra identidad con el fin de pertenecer a un grupo nunca será una buena opción.

Conócete, acéptate y valórate. Reconocer y valorar tus puntos fuerte, así como aceptar tus puntos débiles, te podrá otorgar confianza y seguridad en tus relaciones sociales. 

Por último, analiza qué significa encajar para ti y por qué es importante. El sentido de pertenencia se relaciona con la producción vínculos significativos que generen una conexión y un compromiso emocional con otros, en un ambiente de aceptación y valoración mutua. Pero a veces hay personas que desean encajar solo para ajustarse a las expectativas de otros, para no sentirse solas, para seguir modas, etc., y eso puede hacer que se conformen con mantener relaciones superficiales y poco satisfactorias a la larga. 

Busca ayuda profesional si consideras que este asunto está afectando negativamente tu vida. 

¡Gracias por leerme, te envío un abrazo terapéutico

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