Hola, a ti que sufres...
Soy tu yo interno

Por: Mavis Suárez

Hola a ti que sufres, soy tu yo interno que te quiere abrazar, oxigenarte con fuerzas y llenarte de esperanza. Te darás cuenta de que los problemas tienen solución y los que no, aprenderás a solventarlos. Muchas veces, las catástrofes que atormentan las mentes temerosas solo existen en nuestra imaginación. Vivirás contigo toda una vida, nunca te abandonarás a ti mismo/a.

Date más abrazos, literalmente sé que sientes escalofríos de soledad acumulada, pero no estás solo/a, yo, tu yo interno, estoy contigo, te quiero, te acepto y estoy orgulloso de ser tu yo interno y vivir en ti; solo necesito que me permitas cuidarte siempre.

Deja de cuestionarte y aprende de tus decisiones

No te cuestiones más tus decisiones: ¿Por qué hice eso? ¿Por qué no hice aquello? A menudo, pensamos en los «debería haber», «podría haber hecho» y «tendría que». Luego nos culpamos a nosotros/as mismos/as. ¡Vamos a comenzar por aquí!

Recuérdate a ti mismo/a que está bien sentirse triste, desilusionado/a e indefenso/a. Antes de tomar decisiones, piensa en cómo afectarán tu vida: ¿Te acercarán más a donde quieres estar? ¿Te ayudarán a convertirte en la persona que deseas ser?

Comprende cuál es tu contribución a la situación en la que te encuentras, es decir, cuál es tu responsabilidad. Después, en lugar de castigarte, decide qué puedes hacer diferente la próxima vez y comprométete con ello. En lugar de ser tu peor juez, aprende de tus errores y vuelve a intentarlo de otra manera la próxima vez. Recuerda que cada día haces lo mejor que sabes y puedes, y si a veces cometes errores, es parte del proceso de aprendizaje.

Identificando y superando la adversidad

  • Reconoce tus emociones: Auto compadécete de ti, yo, tu yo interno, te ayudaré. Si sientes culpa o vergüenza, recuerda que la culpa no siempre es tuya por eventos traumáticos, y está bien sentirse así. Identifica tus emociones y permítete sentir lo que sientes.

  • Busca ayuda profesional: Si el trauma está afectando significativamente tu vida, considera acudir a terapia para abordar y superar el insomnio, las pesadillas, la irritabilidad, la ansiedad y el nerviosismo. Un terapeuta experimentado puede ayudarte a sanar y encontrar un nuevo equilibrio en tu vida.

  • Vive en el presente: La tristeza generalmente proviene de mirar al pasado y la ansiedad de centrarse en el futuro. Aprende a enfocarte en el presente, disfrutando de lo que tienes aquí y ahora, con todas sus alegrías y desafíos.

  • Conéctate contigo mismo/a: Descubre tu yo interno autocompasivo, conoce tus valores y motivaciones. Aprende a amarte y aceptarte tal como eres, porque todos tenemos cosas que no nos gustan y nadie está libre de defectos.

Descubriendo y amando a tu yo interno

¿Sabemos algo de nuestro yo interior? En la búsqueda de descubrimientos externos, a menudo olvidamos la importancia de descubrirnos a nosotros mismos. Conectarse con nuestro yo interno puede ser un proceso de descubrimiento continuo, pero cuanto más nos conocemos, más amamos la vida.

El ejercicio terapéutico de desarrollar la autocompasión es un gran paso para cuidar a tu yo interno. Acepta y comprende tus aspectos negativos, aprende de ellos y trabaja en mejorar tu inteligencia emocional.

Recuerda que yo, tu yo interno, siempre estaré contigo, apoyándote en cada paso del camino.

Ahora, regalate un abrazo. 

2 comentarios en “Hola a ti que sufres, soy tu yo interno”

  1. Me encanta, siempre que leo estos post encuentro algún pedacito que me sirve a mí, en mi propia situación. A veces es todo el texto, a veces solo una buena parte y a veces solo una frase. ¡¡Gracias por estos gestos!!

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