Me comparan,
me comparo

Por: Mavis Suárez

¡Hola! ¿Cómo estas hoy? 

Como cada domingo, quiero compartir contigo un nuevo bocadillo de aprendizaje para compartir juntos este viaje de camino a tu bienestar emocional. 

Esta semana, estuve reflexionando sobre un tema que siento que nos apaña a todos y es la comparación

Hay una mala costumbre muy extendida. De hecho, es común sufrirla casi desde la infancia, es posible que surgiera un momento donde puede que nuestros padres nos compararon con alguién más, destacando lo que otros logran y nosotros no. También en la edad adulta son comunes las comparaciones por parte de personas que, con buena o mala fe, destacan aquello que los demás hacen o tienen y de lo que, según ellos, nosotros carecemos.

Uno de los motivos por el que nos comparamos es para darnos cuenta de aquellas cosas que nos gustaría tener o alcanzar. El problema es que la propia comparación no nos permite valorar aquello que hemos logrado o aquello que tenemos, pues minimizamos nuestros propios éxitos a través de la comparación.

A pesar de que nacemos aprendiendo una serie determinada de cosas (cómo comportarnos, cómo hablar…) y que podemos “copiar” formas de hablar, formas de andar, de los familiares que tenemos más cerca de nosotros, la verdad es que aún así cada uno de nosotros es único en este mundo.

Nunca, pero nunca, habrá nadie más que tú. Aunque te lo puedas plantear, es algo imposible. Es por esta razón que las comparaciones son algo que no sirven absolutamente para nada. Las comparaciones nacieron en el afán de motivar a esa persona que sale favorecida en la comparación e impulsar a la otra a que se esfuerce para ser como ella.

Esto es algo totalmente imposible. La persona que no sale favorecida en la comparación, por mucho que se esfuerce nunca podrá ser como la otra persona. Esto solo le generará frustración, porque jamás logrará lo que los demás pretenden, o lo que ella misma pretende si se está comparando.

Es importante que reflexionemos sobre el tema de compararnos nosotros mismos, desde nuestro interior, con otras personas. Porque esto es un claro ejemplo de envidia.

Cuando envidiamos a otra persona aspiramos a ser como ella, a alcanzar lo que ella ha conseguido. Pero, ¿pretendes ser cómo ella? Quizás en tus manos no esté recorrer su mismo camino. Sigue el tuyo propio, no pretendas recorrer caminos que no te pertenecen. Como podemos apreciar, las comparaciones no traen nada bueno, sino sentimientos negativos. Aunque la comparación no nazca de la envidia, quizás sí genere rencor hacia la otra persona, la que sale airosa en dicha comparación.

Pero, ¿Cómo dejar de compararme siempre con los demás?

Ahora que ya sabes que debes huir de las comparaciones, es el momento de tirarlas a la basura, mirar hacia delante y empezar a ser tú mismo. Tu tienes una personalidad única y especial, solo hace falta descubrirla. Una vez que salga te sentirás a gusto contigo mismo y ya no tendrás que preocuparte de compararte o de que te comparen con alguien. Confía en ti, estate seguro de ti mismo.

Las comparaciones no hacen más que crear inseguridades, envidia, celos y demás emociones negativas que paralizan y desmotivan. Las personas que nos comparan con los demás destacando lo que nosotros no tenemos y los demás disfrutan, son perfiles con una gran incompetencia emocional no lo permitas. 

En las comparaciones siempre hay alguien que va a salir perdiendo y alguien que va a salir ganando. Eso para nada es positivo, ni siquiera para la persona que sale ganando. Compararse, que nos comparen, resta en nuestra vida, no suma.

No somos la fotocopia de nadie, no podemos compararnos con nadie. Cada uno de nosotros es único y especial, compararnos entre nosotros es una forma inútil de pretender ser mejores cuando realmente somos diferentes.

Pasos para dejar de compararse con los demás

Pasos para dejar de compararte con los demás

    1. Reconoce que te comparas con los demás cuando lo haces. … 
    2. Focalizate en lo que eres y en lo que tienes y no en lo que piensas que te falta.
    3. Sé más auto-consciente del daño que te ocasionas. … 
    4. Enfócate en aprender y no en competir. … 
    5. Limita tu tiempo en las redes sociales.
    6. No busques la aprobación de los demás
    7. No pretendas ser admirado ni admirar.
  • Nadie es perfecto: seguramente estés viendo a esa persona con la que te comparas (o te comparan) de una forma perfecta, pero realmente no es así. Esa es una realidad que tu mente ha querido crear. Nadie es perfecto, tú tampoco. Y esa es la más bonita prueba de perfección.

Tu tienes una personalidad única y especial, solo hace falta descubrirla, si necesitas ayuda de un profesional de la salud mental, acude a terapia para que puedas experimentar una vida en libertad de la prisión emocional y cognitiva de tus intentos fallidos al querer vivir la vida de otro y parecerte a quien en realidad no quieres parecerte si te liberas de tus miedos, que te impiden ser tú. 

Espero que tengas un maravilloso fin de semana te dejo ¡un abrazo terapeutico! 

2 comentarios en “Me comparan, me comparo”

  1. Muy acertado, reflexivo y muy beneficioso para personas que pasan por situaciones de comparaciones, personales y de entorno, la Psicóloga Mavis de una forma directa y accesible, para todos los los públicos, toca un tema que afecta con frecuencia a cualquier persona, en diferentes etapas de su vida, es alentador, y beneficioso poder leer y tomar pautas de estos escritos y contar con una profesional, que allana el camino a personas que sufren situaciones emocionales de difícil manejo, muchísimas gracias.

    1. Me alegro mucho que te haya aportado el articulo, que te guste como transmito lo que escribo, gracias por dejarme ser una herramienta para ti, muchas gracias. Un abrazo terapéutico.

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